La explicación es muy simple: el NaZionalismo vascongado
diseñó las plantillas de las administraciones públicas regionales a su imagen y
semejanza, para “colocar” a los suyos, darles magníficos sueldos y a perpetuidad,
y de esa manera tener activistas motivados para ejercer eficazmente el adoctrinamiento
y el control social, para imponer a la sociedad las ideas del supremacismo nacionalista.
¡Ah!,
y parece que lo han conseguido.
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