En
esta lamentable degeneración del sistema está la noticia que se conoció la
semana pasada de que 64 exdiputados (que no renovaron escaño en las pasadas
elecciones del 20-D) han pedido una especie de subsidio de paro, pero no a la
oficina de empleo, sino al propio Congreso de los Diputados. La "lista de los 64" la tienen pinchando aquí encima.
La
cuantía del “subsidio de paro al Diputado no electo” es de 2.813,87 €/mes, que
ya lo quisieran para sí los trabajadores que pierden su empleo. Y, por cierto, la broma nos va a costar a todos los españoles 964.000 euros en números redondos.
La
nómina de perceptores la encabeza un tipo que fue “diputao” durante 32 años, y “tiene
derecho” (“¡manda güevos!” Trillo dixit)
a un subsidio de 24 meses (o sea, en “pelas” a 67.532,88 €), y en la misma hay
hasta exministros, y diputados que son multimillonarios, como el “sociata” vasco Madina …
Por cierto, los beneficiarios son de todos los partidos,
incluidos CiU, Izquierda Unidad y Amaiur; y llama especialmente la atención la
desvergüenza de la exministra “sociata” de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez,
que ha cobrado el subsidio un mes, mientras tramitaba su incorporación a un altísimo
puesto de dirección en Telefónica (¡manda requetegüevos!).
La “nueva política” (¿dirán algo al respecto sus adalides: “podemitas”
y C's?) debería eliminar este privilegio de los “padres y madres de la Patria”,
propio de la “vieja política”.
Deberían ser los propios partidos políticos los que se hagan cargo de compensar a sus líderes cuando cesen como diputados.
Por cierto, este privilegio de los Diputados, ¿lo tienen también los Senadores que no fueron elegidos el 20-D?.
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