No es que tengamos fijación por o con el duque postizo de Palma, o como diría Jaime Peñafiel (conocido como "el cronista de la casa real"), por el plebeyo metido a duque (quizás con calzador), pero el individuo es la nota discordante del verano real en Mallorca, en el Palacio de Marivent, porque por la más afortunada de las “islas afortunadas” y por ese Palacio, este verano habrán pasado todos los miembros de la familia real: abuelos, hijos, consortes de hijos, nietos y algunos más … excepto el ínclito Iñaqui, que se ha quedado de “rodriguez” en Washington, seguramente preparándose para un nuevo curso judicial lleno de malas noticia para él, en definitiva, el descubrimiento de nuevas chapuzas y negocietes sucios y/o el hallazgo de pruebas de las innumerables tropelías que cometió escudándose en las reales faldas de su mujer.
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