Frases que tienen su aquel ...

“El nacionalismo es completamente anti-histórico.

Es una regresión a la forma más primitiva, cavernaria”,

Mario Vargas Llosa (XL Semanal nº 1.479, 28-02-2016)

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domingo, 28 de octubre de 2007

La sanidad pública vasca: otro bluff nacionalista (Part two, or three, or four, or five ...)

Hablabamos ayer de uno de los últimos fiascos en la atención sanitaria a los ciudadanos de esta autonomía por parte del gobierno regional, ocupado más en otras cosas, como financiar la barbaridad social de un referédum que provocará una fractura sin precedentes.
Habíamos tocado con anterioridad otros points chaud de nuestrrrra sanidad pública "de aquí", pero teníamos pendiente señalar cómo se otorgan las plazas en propiedad a los médicos del Servicio vasco de salud.
Se nos ha adelandado el Pediatra Juan Casado Flóres (Hospital del Niño Jesús. Cuidados Intensivos Pediátricos) en carta que publica en El País de 20 de octubre:
El poder curativo del euskera. Recientemente he participado, como experto, en el tribunal para seleccionar a los médicos pediatras especializados en niños críticamente enfermos de los hospitales públicos del País Vasco. Me ha sorprendido el baremo que, obligatoriamente, por indicación del Gobierno vasco (oferta pública de empleo del sistema vasco de salud, resolución 1082/2006), tienen que aplicar todos los tribunales que eligen a los médicos de cualquier especialidad de esta comunidad autónoma. Por ejemplo, conocer el euskera son 16 puntos, mientras el inglés, un máximo 2 puntos, aunque paradójicamente los avances en los conocimientos médicos se publiquen casi el 100% en inglés, 0% en euskera; todas las publicaciones científicas y ponencias a congresos, un máximo 4 puntos; haber recibido todos los cursos y entrenamiento posibles, un máximo de 6 puntos; ser catedrático de universidad en la materia, 1,20 puntos. En definitiva, un médico especialista que sepa euskera (siendo deseable tener este conocimiento), pero sin ningún otro mérito, tiene muchas más posibilidades de ser elegido para ocupar una plaza fija de médico especialista que el médico con mayor experiencia y reconocimiento en su área. Desconozco si la población vasca está informada de este sistema de selección que prima conocer el euskera sobre la experiencia para operar o diagnosticar a un paciente. Esta endogamia lingüística tendrá, sin duda, repercusiones negativas sobre la salud de la totalidad de la población, porque lo que ésta precisa es ser tratada por los facultativos más capacitados y mejor entrenados, independientemente de que sepan o no euskera. No alcanzo a comprender las causas por las que los usuarios, sindicatos y las asociaciones profesionales no protestan por esta forma de selección.
De esta denuncia se hacía eco la semana pasada Juan Bas, el 24, en El Correo, y se iba a otro Decreto (63/2003) que establece el baremo para anestesistas: 24 puntos por saber vascuence y 1,20 por ser catedrático; saber inglés sólo concede 1,50 points.
El inglés es el idioma oficial de la ciencia médica, todos los avances en medicina se publican en Lancet, New England, etc., en varios cientos de revistas punteras en todas las especialidades y áreas de conocimiento; en ninguna se ha visto jamás un artículo en vascuence.
Aún así el gobierno de Vitoria persevera en el error, los médicos de la sanidad pública vasca sabrán poca medicina, no estarán al día en los avances científicos, pero serán doctores en filología vernácula. Ah!, y de paso se avanza en la consecución del pleno empleo del subsector nacionalista empedernido de la sociedad vasca.
Por cierto, de esto nada se dice ni en las reivindicaciones sindicales que tienen estos días en vilo a la Sanidad autonómica, ni en la Comisión de Sanidad del parlamento regional. ¡Qué vergüenza!.
Pies de fotos: hospitales públicos en la C. A. del País Vasco; arriba, el Hospital de Cruces ("el buque insignia"); abajo, el Hospital de Galdácano ("la joya de la Corona").

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